Hace poco me referí a la casi desaparición del colibrí en Huallanca, lugar situado cerca a la cordillera del mismo nombre.
Esta diminuta ave, así como varias de su especie se dejaban ver por doquier en esta zona, a veces revoloteando sobre las flores de los espinos y en otras, posadas sobre los añosos eucaliptos.
La razón de su ausencia en este y otros lugares no es un misterio; ya que el acelerado cambio climático y el constante crecimiento de las poblaciòn, reemplazando las àreas verdes por hierro y cemento han hecho que su reproducción sea cada vez mas escasa, y que muchos incluso migren, buscando (ojala lo encuentren) un lugar donde sobrevivir sin el acecho de la creciente contaminación.
Están presentes aún en mi memoria, los días de mi comprensible inocencia infantil, y sobre todo aquella tarde, en que honda (resortera) en mano y en compañia de mis amigos, salí de “safari” a la campiña Huallanquina en busca de esas hermosas avecillas. Esa vez, regresé equivocadamente victorioso con una diminuta presa.
Ahora, me doy cuenta del desmedido acto, y solo me queda reparar tardíamente el daño que causé, invocando a cada uno de los habitantes de este planeta a preservar toda especie viva por que es muy posible que otras generaciones ya no puedan disfrutar, por ejemplo: el maravilloso vuelo del colibrí.
Ahora, me limito a “capturar” cualquier especie viva solo con mi cámara fotográfica
domingo, 28 de septiembre de 2008
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